Implantes dentales
La pérdida de dientes implica problemas estéticos y funcionales para nuestros pacientes y ha supuesto un reto terapeútico desde tiempos prehistóricos. Muchos pacientes no son capaces de adaptarse a las prótesis tradicionales, éstas no cumplen sus espectativas estéticas o no se encuentran cómodos con ellas.
Desde finales del siglo XX, ha surgido una revolución en el campo de la prótesis dental que ha venido de la mano del desarrollo de los implantes dentales endoóseos y de los avances en la tecnología de fabricación de prótesis. Los implantes dentales son estructuras compuestas, en su mayoría, por titanio de elevada pureza (98%) diseñadas para ser introducidas en el hueso maxilar o mandibular con objeto de sostener una prótesis dental. El implante dental queda sumergido en el hueso y se osteointegra firmemente en el mismo. Sobre este implante se pueden atornillar al mismo distintos componentes, que denominamos aditamentos, que permiten conectar uno o varios implantes a la prótesis o coronas dentales. Es como si el implante dental fueran las raíces de un árbol que quedan enterradas y no vemos bajo la tierra, pero son esenciales para dar soporte al tronco, las ramas y las hojas de del árbol.
Sobre el implante dental, podemos colocar distintos tipos de prótesis fijas o removibles en función de las necesidades y preferencias de cada paciente, la cantidad de piezas dentarias que sea necesaria reponer y su disposición. De esta manera, podemos devolver una sonrisa bonita y natural, a la vez que mejoramos la comodidad para masticar así como la seguridad para relacionarse con los demás.